Bueno, a mí me proporciona un algo sobre el que escribir, como de costumbre. Aunque es un tema ya trillado y sobre el que otros han vertido ya palabras. -yo misma. Gusta dar más perspectivas… Quería referirme al triste uso de los anglicismos en España. Por la particularidad de mi crianza el mal uso de los anglicismos en este país, me afecta especialmente. Miren que digo el “mal” uso. No sólo eso, además el “sobre” uso. En mi opinión no sólo se usan en demasía sino que además se usan mal. Las palabras, los términos se maltratan.
Observo que la gente (algunos) se queja de este mal uso de los anglicismos en el idioma español. Ahora, cada uno cuenta la historia como le va. Desde su propia perspectiva. No a todos nos afecta de la misma manera. Yo aprendí tanto el español cómo el inglés al mismo tiempo, por lo que creo que puedo opinar con ecuanimidad. Amo los dos idiomas por igual y como suelo decir me gustan como el cocido montañés y los sobaos pasiegos; por separado. Como aprendí el inglés en Inglaterra, y al tiempo el español de mis padres ya en la infancia, son dos idiomas con los que tengo (básicamente) la misma relación (no así el francés aprendido en la escuela). Por eso digo que a cada cual le afecta este tema de los anglicismos de distinta manera.
Mi perspectiva es muy peculiar. Oigo usar anglicismos y según cómo se utilizan, por quién o con qué intención, me afecta de una manera o de otra. Hay algunos que han vivido en Inglaterra tantos años, por ejemplo, que su léxico diario incorpora palabras de uso común en idioma inglés aunque estén hablando castellano (esto es típico entre los españoles que emigraron a Inglaterra y sin embargo se da menos entre los hijos que se criaron ya allí. Esto es de entender. Se entiende (yo lo entiendo) el anglicismo que nace dónde anteriormente no había una palabra, por tratarse de alguna cosa nueva; nuevas tecnologías. En su día no cuajó balompié, y fue fútbol, ya entonces con su correspondiente grafía española. Hoy en día ha nacido selfie; un “autorretrato” pero la palabra en español nunca se utilizaría para referirse a una foto tirada de uno mismo con un móvil.
La afición a sembrar los textos y las conversaciones de “palabros” en inglés (o “pseudo” inglés) es habitual en personas que desean transmitir una determinada imagen. La imagen se crea ante la audiencia, el público. Con el interlocutor. Entonces si yo escucho el inglés mal usado me afecta de manera distinta a otro interlocutor.
Hay quién se ofende por escuchar un castellano plagado de palabras en un idioma foráneo. Sin embargo hay quien aplaude este uso porque escucharlos resulta “guay”. (Ah, no, “cool”.-¿no se dice así?)
Y luego estamos los “raros” (lo de la rareza lo digo por lo de la no abundancia) a los que se nos eriza el vello cuando escuchamos hablar castellano (se supone castellano porque toda la estructura del idioma lo es) con los términos puntuales en inglés. Este nuevo idioma se estructura de tal manera que no lo entienden ni españoles ni ingleses; solamente los interlocutores que están en la misma “onda” lingüística. El que habla así se dirige a un público específico. Además (a mi entender) hay un problema añadido. Los términos ingleses suelen pronunciarse a la española – es decir, mal. Bien en español. Mal en inglés… ¿En qué quedamos? Ni español, ni inglés, ni ná.
A mí este proceder me molesta especialmente porque sé que no se pronuncia una palabra como todo el mundo parece estar de acuerdo que se hace. El castellano contiene una riqueza suficiente como para poder evitar palabras de otro idioma. Digo “que pena” porque no se estiman las palabras españolas. Digo “que poco respeto” porque se toman palabras del inglés y se maltratan. No se puede hablar una especie de jerga que es solo para unos pocos y al mismo tiempo pretender que todo el mundo lo entienda…pero en realidad que no…No sé si el que habla de esta manera logra lo que pretende. Hecho cartel resulta “cool”; tiene su impacto. No entiendo realmente por qué se hace. Ni sé realmente la sincera opinión de la RAE al respecto. Supongo que se seguirá permitiendo la libre expansión del mal uso de los anglicismos. Mal para todos en mi opinión.